Hace más de 40 años, el paleontólogo J. H. Ostrom propuso que los dinosaurios terápodos utilizaban sus colas para estabilizar sus movimientos más rápidos e irregulares, lo que ayudaba a que fueran unos depredadores muy ágiles. Recientemente también se ha comprobado que las salamandras se ayudan de esta extremidad para subir, endezarse o deslizarse, facultades que pierden cuando se les corta.
Ahora, un grupo mixto de biólogos e ingenieros se ha inspirado en estas propiedades biológicas para diseñar robots capaces de mantener su estabilidad en situaciones extremas.
El equipo, dirigido por Robert J. Full,estudió cómo los lagartos consiguen caer siempre bien, aún cuando saltan de mala manera, o cuando tropiezan, y encontró que el balanceo hacia arriba de su cola es la clave que evita que caigan de bruces.
El hallazgo permitió diseñar un coche robótico, al que han bautizado como 'Tailbot', con una cola que se mueve en el aire. Tan sólo ajustando el ángulo de un pequeño balanceo hacia la derecha, el robot lograba aterrizar sobre sus ruedas sin sufrir ningún percance.
Full está convencido de que este nuevo diseño permitirá que en el futuro haya robots dedicados al rescate mucho más versátiles que los que hay en la actualidad.
El mecanismo, tal como adelanto Ostrom, es el mismo que pudieron utilizar los terápodos ágiles como el Velociraptor.
FUENTE: EL MUNDO
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