Las formas cubiertas de polvo que parecen rosquillas y que oscurecen casi la mitad de los agujeros negros supermasivos podrían ser el resultado de choques a alta velocidad entre planetas y asteroides, según una nueva teoría de un equipo internacional de astrónomos.
Dicen que los agujeros negros supermasivos residen en la parte central de la mayoría de las galaxias. Las observaciones indican que alrededor del 50% de ellos están ocultos a la vista por nubes de polvo misterioso, cuyo origen no se conoce completamente. La nueva teoría se inspira en nuestro propio Sistema Solar, donde se sabe que el denominado polvo zodiacal se origina a partir de las colisiones entre los cuerpos sólidos, tales como asteroides y cometas. Los científicos proponen que las regiones centrales de galaxias contienen no sólo los agujeros negros y estrellas, sino también planetas y asteroides.
Las colisiones entre estos objetos rocosos que ocurren a una velocidad colosal, constantemente rompen y fragmentan los objetos, hasta que finalmente terminan en forma de polvo microscópico. El profesor Nayakshin señala que este duro ambiente hace estériles a los planetas alrededor de un agujero negro supermasivo, incluso antes de ser destruidos. "Es una pena para toda la posible vida en esos planetas", dice, "pero por otro lado el polvo que se genera de esta manera impide que radiaciones nocivas lleguen al resto de la galaxia anfitriona. Esto a su vez puede hacer que sea más fácil para que la vida prospere en otros lugares del resto de la región central de la galaxia".
A su juicio, la comprensión del origen del polvo cerca de los agujeros negros es importante en nuestros modelos para saber cómo estos monstruos crecen y cómo exactamente afectan a sus galaxias anfitrionas. "Tenemos la sospecha de que el agujero negro supermasivo de nuestra galaxia, la Vía Láctea, expulsa la mayor parte del gas que de otro modo se convertiría en más estrellas y planetas", continúa, "Entender el origen del polvo en las regiones interiores de las galaxias nos lleva un paso más cerca de resolver el misterio de los agujeros negros supermasivos".
FUENTE: El economista
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