La ESA muestra varias cadenas de cráteres como lugar idóneo para buscar vida microbiana en el planeta rojo.
La sonda Mars Express de la Estación Espacial Europea (ESA) muestra imágenes de varias cadenas de cráteres de subsidencia de Marte en la falda de uno de los mayores volcanes del Sistema Solar y, dependiendo de cómo se hayan formado, podrían llegar a ser un lugar idóneo para buscar vida microbiana en el Planeta Rojo.
Esta zona forma parte de la extensa región de Tharsis, en la que también se encuentra un grupo de enormes volcanes, entre los que destacan los tres conocidos como Montes de Tharsis. Al norte descansa el Monte Alba o Alba Patera, uno de los volcanes más grandes del Sistema Solar en términos de superficie y volumen.
Las fosas de Tractus Catena parten de la ladera sudeste del Monte Alba y están formadas por largas cadenas de depresiones circulares que se extienden a lo largo de fracturas en la corteza marciana. Las cadenas de cráteres de subsidencia podrían tener un origen volcánico. En ocasiones, la colada de lava emitida por un volcán empieza a solidificar en superficie, creando un tubo por el que continúa fluyendo la lava fundida.
Cuando cesa la actividad volcánica, el tubo se vacía, dejando tras de sí una cavidad subterránea.
Con el paso del tiempo, el techo de la cavidad puede llegar a derrumbarse, formando depresiones circulares en la superficie del terreno. Estas cadenas también podrían tener su origen en los esfuerzos internos de la corteza marciana, que habrían dado lugar a largas depresiones paralelas conocidas como fosas tectónicas. Con frecuencia, estas fosas están asociadas con fenómenos de subsidencia.
Pero sin duda la hipótesis más drástica es la que apunta a la acción de las aguas subterráneas.
Estos profundos pozos naturales dejan sus aguas al descubierto cuando se derrumba el techo de una cavidad de origen kárstico.
Esta teoría es la más interesante desde el punto de vista de la búsqueda de vida microbiana en Marte.
Si los cráteres de subsidencia son el resultado del colapso de cavidades subterráneas, estas formaciones también podrían haber protegido a ciertos microorganismos de las condiciones extremas de la superficie de Marte.
Si esta cadena de cráteres está asociada a un sistema de cuevas, en un futuro podrían servir de refugio a los astronautas que exploren Marte. Independientemente de cómo se hayan formado, estas cadenas de cráteres de subsidencia ilustran una vez más las múltiples similitudes entre los procesos geológicos de Marte y de la Tierra y proponen interesantes objetivos para las futuras misiones de exploración.
FUENTE: PÚBLICO
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