Un equipo de científicos de los Países Bajos, Suiza y Reino Unido ha demostrado que la forma de la dentadura es consecuencia directa de la alimentación seguida. Según sus indagaciones, además, en los dientes hay características que pueden utilizarse para averiguar lo que ha comido un animal, de manera más certera incluso que analizando el contenido del estómago. El avance podría ser aplicado al estudio de la alimentación incluso de animales extintos.
Un equipo de científicos de los Países Bajos, Suiza y Reino Unido ha demostrado que la forma de la dentadura es consecuencia directa de la alimentación seguida. Según sus indagaciones, además, en los dientes hay características que pueden utilizarse para averiguar lo que ha comido un animal.
Los investigadores han desarrollado una técnica con la que se puede dilucidar, por tanto, la dieta de animales salvajes, sin tener que analizar el contenido de su estómago. Dicha técnica podría utilizarse también para investigar la dieta de animales extintos como por ejemplo dinosaurios y reptiles marinos gigantes.
Queda, pues, de manifiesto el estrecho vínculo entre la rugosidad de la dentadura y la dieta: la de los animales que consumen alimentos duros posee una superficie más rugosa que la de aquellos animales que consumen alimentos blandos.
FUENTE: TENDENCIAS 21
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