Una perturbación recorrió el campo magnético de la Tierra en la noche del 14 de febrero, provocando espectaculares juegos de luces en el Círculo Polar Ártico, sin que los meteorólogos hayan encontrado una explicación.
La actividad geomagnética, en la que algunos vieron la flecha de Cupido, se intensificó aún más durante la pasada noche.
«En varias ocasiones el cielo estaba lleno de auroras de horizonte a horizonte», dice el fotógrafo y guía turístico Chad Blakley , en Suecia. «Hemos tenido muchas parejas felices celebrando con nosotros esta noche. La mayoría de nuestros invitados coincidieron en que era el mejor día de San Valentín que habían compartido juntos».
El fenómeno se produce a menos de un mes de que fantasmales cortinas verdes recorrieran los cielos del hemisferio norte tras la tormenta solar que golpeó la Tierra el pasado 24 de enero.
El espectáculo de las auroras se produce cuando partículas muy energéticas originadas en el Sol, el viento solar, alcanzan la atmósfera terrestre. La entrada de estas partículas está gobernada por el campo magnético terrestre y, por esta razón, sólo pueden penetrar por el Polo Norte, formando auroras boreales, y por el Sur, dando lugar a auroras australes.
Inmensas cortinas luminosas, rápidamente cambiantes y de varias tonalidades surcan entonces el cielo. La emisión de luz se produce en baja atmósfera, entre 100 y 400 kilómetros, y se debe a los choques del viento solar, esencialmente electrones, con átomos de oxígeno, originando los tonos verdosos o moléculas de nitrógeno, reflejando tonos rojizos.
La pasada Noche de San Valentín se pudo observar en el norte de Europa, unos juegos de luces espectaculares,también llamados auroras boreales. surgen debido al campo magnético y tienen normalmente color verde.
FUENTE: ABC
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