Los miembros del equipo de Ámbares encuentran una araña de la familia Oonopidae y género Orchestina de hace 100 millones de años gracias a tomografías.
Una araña encontrada en ámbar en el yacimiento turolense de San Just en 2007 tiene una antigüedad de 100 millones de años, según ha confirmado un estudio desarrollado por investigadores de varios países, gracias al empleo de técnicas novedosas.
Los resultados muestran que esta araña y otras dos localizadas en los yacimientos de El Soplao (Cantabria) y Peñacerrada I (Burgos) -todas ellas halladas hace varios años- son los miembros más antiguos que existen a día de hoy de la familia Oonopidae y pertenecen al género 'Orchestina'.
El ejemplar hallado en el yacimiento turolense, ubicado en la localidad de Utrillas, presenta características muy singulares, como el cuerpo en forma de sombrero capuchino, seis ojos en forma de 'U', un tamaño muy pequeño, de solo un centímetro, y unas patas traseras "adaptadas al salto".
Son las arañas más antiguas descritas a día de hoy, y esto ofrece a los investigadores "información muy valiosa" y una instantánea del pasado, han asegurado las mismas fuentes, quienes han valorado que el ámbar en España es el segundo más antiguo del mundo, solo por detrás del de El Líbano.
Actualmente, las arañas de esta familia son pequeñas merodeadoras de distribución geográfica mundial, que viven en multitud de hábitats, como por ejemplo entre la maleza o la corteza de los árboles, y bajo piedras u hojarasca.
La técnica utilizada se basa en tomografías, es decir, procesado de imágenes por secciones obtenidas mediante radiación sincrotrón, y permiten la obtención de un modelo tridimensional de alta resolución del insecto fosilizado que se está estudiando.
Al final del proceso de reconstrucción, es posible orientar este modelo a voluntad para observar los caracteres de interés en el ejemplar e incluso realizar disecciones virtuales del mismo para acceder a información que, de otro modo, permanecería oculta en el interior.
Además, la técnica resulta vital para el estudio de insectos hallados en ámbar opaco, en los que los métodos ópticos convencionales (microscopía) no tienen utilidad.
Los autores de este trabajo de investigación son científicos pertenecientes a la Universidad de Kansas (Estados Unidos), la Universidad de Barcelona (UB) y la ESRF (Francia), y todos ellos son miembros del equipo Ambares, formando parte de un proyecto que estudia el ámbar del Cretácico de España.
Fuente: EL MUNDO
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