Una planta mutada que parece resucitar de entre los muertos puede explicar cómo algunos vegetales protegen su descendencia durante sequías u otras circunstancias hostiles para la vida.
El descubrimiento ha sido hecho por científicos de la Universidad Purdue, cuyo estudio de la planta les llevó a encontrar un singular gen.
El gen descubierto, llamado “Resurrection 1″ (RST1), ha revelado una conexión genética previamente desconocida entre el desarrollo de lípidos y el desarrollo embrionario de las plantas.
Los lípidos ayudan a impedir la deshidratación de la planta, a formar la membrana celular, emitir señales moleculares y almacenar energía. Un lípido aún no revelado, asociado con la formación cuticular que recubre la superficie de la planta, puede señalar si una semilla se desarrolla hasta la madurez o es abortada debido a un embrión defectuoso.
Jenks y su equipo de investigadores encontraron el gen mientras estudiaban una singular superficie mutante cerosa de Arabidopsis, un conocido modelo vegetal de investigación. Todas las plantas tienen una cierta cantidad de cera para el revestimiento de hojas y tallos.
La planta anormal, una mutante por RST1, tuvo hojas pequeñas, redondeadas, que se amorataron durante el desarrollo, y antes de florecer, se marchitó hasta parecer muerta. También tuvo gran cantidad de semillas pequeñas, arrugadas, poco viables con embriones abortados. Estos contuvieron sólo un 34 por ciento de la cantidad normal de lípidos.
Lo sorprendente del descubrimiento fue que un sólo gen podía afectar a rasgos tan diversos.
El aborto de semillas parece ser un proceso estrechamente regulado que permite conservar recursos en un ambiente hostil sin deshacerse de todas, ya que la planta quedaría sin descendencia sana.
FUENTE: Novedades Científicas
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